Necesitamos líderes que estén enamorados de la justicia, no del dinero; que no estén enamorados de la publicidad, sino de la HUMANIDAD.
Ya hace tiempo que se comenta que la tecnología está sustituyéndonos como trabajadores, y que los humanos el que podemos hacer es aportar los valores éticos y morales necesarios en cada uno de los servicios comunitarios que solo serán de nuestra incunbencia (y no de las máquinas). Económicamente las sociedades nos tenemos que poner las pilas a la hora de «facilitar» que esta nueva manera de relacionarnos de forma personal y laboral, sea vitalmente posible. Eso pasa por cambiar el concepto de «empresa/organización», pues si esta solo tiene máquinas pero obtiene beneficios, ¿deberán estos revertir en la sociedad, en la humanidad? ¿Y cómo lo hacemos, cuidándonos como Planeta, como «Gaia»?