Un encuentro virtual a mediados de junio del 2020 puso en marcha el motor transversal del cuidado de las personas: surgía el deseo y la necesidad de fortalecer la P de PEOPLE del modelo de MIESES GLOBAL, que tiene como base a la personas en el centro. En una electrizante y transoceánica pantalla de caras sonrientes nos congregamos alrededor de una misma misión: alimentar el enfoque humanista tan necesario en la búsqueda de la excelencia en las organizaciones saludables, sostenibles y competitivas.
Perfiles diversos, profesiones convergentes, talentos despiertos, diálogos esperanzadores, sintonía a flor de piel; allí estábamos hombres y mujeres en relación interpersonal bajo una misma filosofía de vida. ¡Cuán fácil, ilusionante y motivador encuentro!
Estamos al final del año más extraño de nuetras vidas; llevamos varios días coordinando este nuevo encuentro virtual. Hoy, el hilo conductor de las píldoras de conocimiento que los cuatro ponentes compartimos es cómo llegamos al cuidado de las personas desde la búsqueda interior individual; bajo esta premisa empezamos en directo el jueves 26 de noviembre a las 18:30, hora peninsular española.
Esta vez yo participo también de ponente, así que la presentación y moderación del webinar corre a cargo de nuestra asociada Marian Salvatierra, desde Buenos Aires, Argentina, donde reside. Se hace más patente la transoceánica necesidad de cuidarnos. Parecía que el no podernos reunir en persona por esta pandemia iba a ser un obstáculo, sin embargo le hemos sacado la parte más positiva: ¡podemos reunirnos con facilidad y desde cualquier parte!
Os dejo el vídeo y el resumen de mi ponencia.
PONENCIA: RELACIONES UBUNTU Y EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD, UNA MIRADA EXPANSIVA
¿Cómo es posible que esta canción ha conectado con personas de todas partes del mundo gracias al #JerusalemaChallenge, en plena pandemia? ¿Una canción que originalmente está escrita en el idioma venda, hablado sólo en Sudáfrica?
La historia de este reto viral nace en Angola con unos jóvenes llamados Fenomenos Do Sembao, en febrero de este 2020 con el inicio de la pandemia, que hacían una coreografía a la hora del almuerzo con sus platos en la mano, en un vídeo que fue subido en Youtube y ya cuenta con más de 14 millones de vistas. Se hizo popular a partir de febrero de 2020 cuando en varios hospitales del mundo se bailaba la canción como símbolo de esperanza para vencer al Covid-19.
La canción habla de un sentido de pertenencia, de la búsqueda de bienestar, de encontrar el camino a casa. Es como si eso sí que lo hubiésemos entendido todos, y lo buscásemos en cada movimiento de nuestro cuerpo, en cada baile compartido, a lo largo y ancho de este nuestro mundo…
De la misma región austral es la filosofía del Ubuntu, de origen ancestral africano. Tiene aplicabilidad a escala global debido a sus valores que se basan en las relaciones humanas.
Valores como la solidaridad, la compasión, la generosidad, la reciprocidad y el compromiso con la comunidad pueden encontrar resonancia mucho más allá de las fronteras de África.
Ngunjiri, 2010: 765
La comprensión de que «nos convertimos en personas» a través de nuestra relación con otros, que en Ubuntu se traduce en el principio “Yo soy porque tú eres; yo Soy solo una Persona a través de otras Personas“, puede ayudarnos a redescubrirnos.
«Encontremos la Unidad en la Diversidad”; Ubuntu reafirma que es posible construir una comunidad unida y cohesionada, respetando nuestras múltiples diferencias, y que nuestra interdependencia se ha convertido en nuestra fuerza y ventaja.
Cuando nos paramos, cuando estamos en silencio, y dejamos el espacio a encontrarnos a nosotros mismos, podemos llegar a conocer nuestros puntos a mejorar, y también nuestros puntos fuertes para potenciarlos. Y lo podemos lograr en la colectividad.
La comunidad es más grande que un individuo bajo la filosofía de Ubuntu.
La identidad del yo se define al encontrar al otro en la comunidad.
Se hace necesario aplicar en la transformación valores Ubuntu: esos valores que acompañan las verdaderas relaciones como humanos son aquellos que permiten vivir en armonía en la comunidad, en la tribu.
Esa transformación pasa por dos imprescindibles:
- El SER
- Y la práctica del SER: EL HACER
El hacer, con autenticidad y en consistencia con el SER, genera confianza.
Es importante entender el efecto que todas nuestras acciones tienen en nuestro entorno es mucho mayor de lo que consideramos.
Estamos programados para conectar con los demás.
Las neuronas espejo de nuestro cerebro social nos permiten empatizar, nos contagian emocionalmente cuando entramos en relación, y lo hacemos inconscientemente.
Nuestros actos hablan más fuerte que nuestras palabras.
¿Y en las organizaciones? Una entidad es como un cuerpo vivo, donde cada persona es como una célula viva imprescindible para su existencia.
Las organizaciones las componen las personas, y se crean con una misión, la razón de ser, y una visión, el propósito futuro de su existencia.
Los valores en los que esta existencia se sustenta deben ser la base imprescindible de ese propósito.
Y entre todos esos valores, la solidaridad es precisamente la que cohesiona a las células vivas del cuerpo.
Cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente para conseguir un fin común, se habla de solidaridad. La solidaridad es apoyo, ayuda, colaboración, protección; cambia el mundo, lo hace mejor, más habitable y más digno.
Ser humano no solo implica el autoconocimiento y aceptación, sino también confiar y estar abierto a la comunidad de seres humanos a la que formamos parte.
Liderar está muy relacionado con ser humano y estar presente en las circunstancias del momento y del lugar.
Todos lideramos en algún momento del día, tiempo o vida. Todos seguimos a otros líderes en muchas ocasiones, ya sea de forma consciente o no. Necesitamos responsabilizarnos de nuestros actos.
En el liderazgo de servicio, inspirado en las relaciones Ubuntu, se comparten dos creencias fundamentales sobre las personas que lideran:
- Cada persona tiene valor por sí misma y merece civismo, confianza y respeto.
- Las personas pueden lograr mucho más cuando se sienten inspirados o motivados por un propósito que va más allá de ellos mismos.
Cuando centramos la atención en los demás, nuestro mundo se expande.
Elia, nov. 202